Colóquio Internacional Spinoza. Ser e Agir 28, 29 e 30 Outubro 2010


Fco. Javier Espinosa, Ser una multitud y actuar una sola mente

01-05-2010 16:35

La esencia se expresa necesariamente en el actuar de la Substancia y de las cosas, de modo que Spinoza la llama essentia actuosa. Su esse es agere. La Substancia produce todo y las cosas producen necesariamente todo lo que está en su esencia (y le permitan las acciones de otras cosas más potentes que ellas), pues si la potencia de la Substancia es absoluta, la potencia de los modos es relativa a los otros modos que los rodean. La esencia de una cosa no se queda nunca en meras posibilidades, es actuante, hace todas sus posibilidades (mientras cosas con mayores potencias no se lo impidan).

     Esta capital conceptualización metafísica de Spinoza se explica del mejor modo precisamente en la política. La multitud no puede concebirse meramente como pasiva porque su potencia, esencia actuante, es absoluta comparada con la de un solo individuo, por mucho que éste se pretendiera monarca absoluto. La potencia de la multitud, que depende de su unión, su variedad y su cantidad, es el verdadero poder político.

     A partir de un completo análisis de los textos de Spinoza en los que se habla de los términos del título de la ponencia y de la propuesta de una nueva interpretación y traducción de algunos de ellos, el autor analiza el papel capital que juega el concepto de multitud en la concepción política de Spinoza, señalando que la democracia en Spinoza no es sólo una elección voluntaria y una apuesta personal, sino algo intrínseco al sistema. El poder político viene determinado por la potencia de la multitud, cuyo concepto tiene la función de acabar con la idealización imaginaria del poder que cree tener su origen en otro sitio diferente del de la potencia de la multitud y que cree que puede enfrentarse impunemente a ella.

     En la ponencia se habla de los diferentes tipos de multitud. Es verdad que la multitud a veces se guía por las pasiones que la dividen, la deshacen y le restan potencia. También es verdad que la multitud nace de intereses pasionales. Pero lo importante es que a veces llega a progresar en potencia bajo la guía de la razón. Y este tipo de multitud es el más interesante para el análisis filosófico actual. Entonces, cuando la multitud se guía por la razón y se conduce como una sola mente, alcanza su máxima potencia y su máximo actuar.

     No hay que pensar en esta multitud como un rebaño pasivo, ni como masas fácilmente dirigibles, sino como una multiplicidad de hombres con ideas diversas que con el diálogo y el voto llegan a acuerdos. Hablar de la multitud como si fuera una sola mente no es hablar de uniformidad, sino intentar conjugar la diversidad humana con la común utilidad y las propiedades comunes que nos revela la razón. Este tipo de textos en los que se habla de la multitud “como una sola mente” nos recuerda la idea de individuo compuesto, que está constituido de una variedad de individuos diferentes pero que mantienen entre sí una misma razón de movimiento y reposo. En todos estos textos está presente la idea de que la mayor perfección consiste en la mayor variedad junto con una cierta unidad. Así pues hablar del poder de la multitud, que es y actúa como una sola mente, no implica uniformidad, sino diversidad, libertad de pensamiento y democracia. 
 

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